El reino unificado: Saúl, David, y Salomón (Reyes de Israel)

Una de las consecuencias de nombrar un rey humano será la creación de un servicio militar institucionalizado obligatorio, para tener un grande ejercito que pueda protegerlo y combatir cuando halla la necesidad.

Habrá espacio para el trabajo, es decir mano de obra para criar y preparar la comida. Lo mismo que para fabricar los equipos de dotación necesarios para sus fuerzas militares.

- Necesitará oficiales, militares y civiles, para aconsejarle (sabios) en situaciones civiles, políticas, y económicas. Además será necesario los impuestos para mantener todo una nación.

- Por último estarán a punto de someterse a un nuevo tipo de servidumbre. Sean siervos o esclavos, cuando estén bajo un Rey no gozarán de la libertad que han disfrutado bajo el liderazgo del Señor. 

Al terminar de haber establecido los estatutos que implicarían la instauración de un nuevo Rey. Dios les comunica que habían perdido la distinción de ser un pueblo escogido, para llegar a ser tan parecidos a las otras naciones que no conocen a Yahvé.

Luego de ello debía preparar su mente y su espíritu, es decir que debía buscar a Dios en su corazón por una semana. En esos días recibió las señales que comprobaban ese acercamiento con el Señor, pero este se las guardo para él mismo, pues nunca quiso hablar de ello, de pronto por discreción o por lo que aún le costaba creer.

Después de este escenario Samuel llamó a todos los israelitas y les dijo que Dios había elegido a Saúl para que fuera el rey, pero algunas personas no lo quisieron por rey.

Una relación que Dios quiso mejorar y que mejor que ver su liderazgo en el campo de batalla, es cuando gana su primera batalla con su ejercito en contra de los Amonitas, lo que le lo sitúa ahora en una mejor posición. Ya que su pueblo lo acepta como Rey y Dios le bendice con la gloria.

Pero las palabras proféticas de Dios no tardaron en llegar, pues cuando les prometió un Rey también les explico de sus consecuencias. Y una de ellas es que no todos iban a ser buenos que algunos con el tiempo se apartaría de Dios y de su pueblo.

Fue así que Saúl se olvidó de la obediencia y la alabanza a Dios y empezó a buscar su propia honra y gloria. Esta transición trágica en su vida le llevo a crear un monumento en su honor olvidándose por completo de Dios, quien le ayudo a ganar la batalla con los Amalecitas. Faltando a los mandatos del Señor de destruir a los amalecitas, al rey y a todo lo que él tenía. Pues se quedo con las mejores cosas para ofrecérselas como sacrificio a Jehová. Creyendo que había hecho lo correcto delante de los ojos de Dios. 

Pese a esta ofensa intento justificar su pecado, por obstinación y orgullo, decidió seguir fiel a sus pensamientos pensando que obraba bien. Sin saber que con esta acción perdería el trono como rey al igual que su descendencia.

Cuando Dios rechazó a Saúl como rey de Israel, David le fue revelado a Samuel como su sucesor, y por ello el profeta lo ungió en Belén sin ninguna ostentación.

Luego David es incorporado en el ejército del rey Saúl, y su popularidad con la gente se hizo mayor que la del rey. Esto hizo que Saúl se pusiera muy envidioso y tratara de matar a David y así evitar que éste suplantara a uno de sus propios hijos sobre el trono de Israel. 

Como insistió en no ceder su trono a David, Dios le abandonó lo que provocó, calamidades entre sus familiares y continuas derrotas en su ejercito.
Al final una herida mortal en batalla, seguida por la acción de arrojarse sobre su propia espada le provoca la muerte, terminando su reinado.

Sus hijos quisieron continuar con su legado, pero el Rey David era superior, tanto así que todas las tribus reconocieron a David como el escogido de Jehová y le ungieron rey sobre todo Israel, en Hebrón.

Después de este suceso David es aconsejado por Dios, para que ser marchará a vivir en Hebrón, en el territorio de Judá. 

El Rey David desde muy pequeño amo a Dios sobre todas las cosas, por las grandes enseñanzas de sus padres. Esto lo convirtió en un amigo de Dios. Razón por lo cual no tenía miedo sabía que su Señor le protegía. Es así que inicias sus primeras hazañas, entre ellas las de dar muerte a un León y un Oso cuando fueron por su rebaño.

Más adelante la de enfrentarse en una lucha a muerte contra el gigante filisteo Goliat quien media casi 3 metros. David procede a tomar 5 piedras lisas, una destinada para su oponente Goliat y las otras 4 por si los demás gigantes se oponían (Esbi-benob, Goliat geteo, Saf y el gigante de 24 dedos). No hubo necesidad pues al final David derrota a Goliat y los filisteos se sienten derrotados, mientras los israelitas engrandecen su confianza para vencerlos.
David graba aquel incidente en su anillo como un hexagrama simbólico de esa energía y lucha entre el cielo y la tierra. La Estrella de David conocida en hebreo como “Magen David”.

Todas estas hazañas le llevaron a provocar envidia en los demás sobre todo en los antiguos seguidores de Saúl que además no estuvieron conformes con la unción de David y se enfrentaron a él en otra larga guerra de la que salió victorioso nuevamente David, porque Dios estaba con él. 

Al final, después de tantas luchas, las tribus de Israel admitieron la autoridad suprema de David, luego de ello los ancianos representantes de todas las tribus llegaron a Hebrón para ungirlo y reconocerlo como Rey de todo Israel. En esta instancia David ya tenía 30 años y su reinado no había sido fácil, pues tuvo que combatir en muchas oportunidades. En contra de los filisteos, sirios, los edomitas, los amonitas, contra los partidarios de Saúl y hasta contra uno de sus hijos que se llamaba Absalón, quien trató de derrocarlo de su trono de Jerusalén, pero Yahvé siempre firme le daba la victoria al rey David, aunque no sin esfuerzo.

En cuanto a sus logros bajo el reinado de Israel fue establecer la capital del reino en Jerusalén. 
Como bien sabemos mucho antes de esto Jerusalén era Sión, la montaña de Dios, al igual que era considerada como el eje del mundo, el punto de encuentro entre el cielo y la tierra. Salem dio su nombre a la ciudad. Jeru-Salem (lugar del dios Salem (sol poniente)). Cuando los adoradores de imágenes fueron presa de los israelitas, Salem perdió su identidad. Cuando aparecieron en Canaán los hebreos, el nombre de Salem fue confundido con la palabra "shalom", paz. De ahí en adelante sería conocida como la ciudad de la paz.

De allí pasamos a el rey-sacerdote canaanita Melquisedec, quien consagra un altar a El-Elyon, el dios mas alto, a quien los israelitas llamarían Elohim, Dios. Después Abraham, ofrece el sacrificio a su hijo Isaac en la piedra santa llama Moriá, la misma con lo que más adelante el hijo del Rey David, construiría la morada de Dios.

Ese mismo lugar sería el ocupado por los jebuseos quienes controlaban la ciudad (Jebús) hacia el siglo XI cuando David procede a conquistarla. Con la ayuda de Dios, logra dar con el punto débil de aquella ciudad, que era el canal de agua que abastecía los pobladores. Allí existía un túnel para la conducción subterránea de agua (Fuente del Gihón), que le permitió penetrar en la ciudad escalando la muralla y conquistarla.

De este modo, David podía gobernar los territorios de Judá y de Israel desde una posición neutral, por encima de las rivalidades entre el norte y el sur. Pues al gozar de una ubicación privilegiada en la cima de una meseta, podía controlar todo el reino de Israel.

Tiempo después David moró en la fortaleza, y le puso por nombre la Ciudad de David; y edificó alrededor desde Milo hacia adentro. Después lleva el arca del pacto de Dios con Israel a Jerusalén, y allí la colocó en una tienda. Esto para establecer la presencia de Dios como gobernante de Israel.

Estableciéndose la promesa de Dios a David en donde estipulaba que la gobernación de su casa real, representada por Sión o Jerusalén, no tendría fin. Esta promesa significaba que un descendiente de David heredaría el derecho de gobernar para siempre como el Ungido de Dios, es decir, el Mesías o Cristo. Que este heredero (Cristo) permanente del “trono de Jehová” gobernaría no solo sobre Jerusalén sino sobre todas las naciones.

Para ello quiso que su tienda que era como un recuerdo del tabernáculo del desierto, tuviera un mayor alcance y visibilidad para acoger al pueblo de Israel. Le comenta sobre este a sabio consejero Natán, sobre la construcción del primer Templo, pero aquella misma noche Natán tuvo una revelación de Yahvé: que le dice: Mi casa la edificará un hijo tuyo que será también rey (Salomón), yo seré para él como un padre y él será para mí como un hijo, y no apartaré de él mi misericordia.

El Rey David con obediencia acata las ordenes de Dios, y este le permite, hacer todo lo necesario para el templo menos el hecho de construirlo: trazó los planos, diseñó los muebles, reunió los materiales, hizo los arreglos, estableció el orden y el ritual. 

Pero como Dios le había dicho anteriormente a su pueblo cada Rey traería consigo gloria y debilidad. Y el Rey David comete 3 pecados: censo del pueblo, adulterio, y asesinato. Se enamora de Betsabé, la mujer de Urías, uno de sus capitanes. Para lograr quedarse con ella manda a Urías a una trampa en donde por medio de una carta pide que su ejercito le abandone cuando estén en batalla para que este muera. Y así poder quedarse con su mujer Betsabé. Después de un tiempo (duelo) la toma por esposa y ella le dio un hijo.

Esto hecho no pasaría desapercibido por Dios quien le castiga, pues al poco tiempo el niño enfermó severamente. David comprende que se ha equivocado y ruega a Dios con un arrepentimiento muy sincero. Pero las suplicas no dan resultado. El niño muere, pero Yahvé se conmueve de su dolor y perdida, y por medio de Betsabé le dio un nuevo hijo que vendría a ser muy importante y se llamó Salomón.

Salomón sería su sucesor quien construiría el Templo de Dios, pues el Señor deseaba un hombre de paz para gobernar sobre las naciones de la tierra y al Rey David lo veía como un hombre poderoso de Guerra.

Así termina esta historia cuando el ungido Salomón y David reinan uno junto al otro, que es una escena completa del ministerio del Señor Jesucristo. Cristo es al mismo tiempo David, el poderoso guerrero, y Salomón, el hombre de paz.

David muere siendo viejo y deja su trono en manos de su hijo Salomón, al que aconsejó en sus últimos momentos: “Sé fiel a Yahvé, tu Dios, hijo mío; ve por sus caminos y guarda sus mandamientos como están escritos en La Ley de Moisés, de manera que cumpla Yahvé su palabra, la que a mí me ha dado, diciendo: Si tus hijos siguen su camino ante Mí en verdad y con todo su corazón y toda su alma, no te faltará jamás un descendiente sobre el trono de Israel”.

Utilizando además algunas tácticas efectivas como: el derrocamiento militar de sus enemigos, la tributación en el desplazamiento de bienes y la organización del sistema de comercio de largo alcance, mediante pactos con los fenicios y quizá también el reino de Saba.

En cuanto a la defensa de su reino modernizo el ejército dándole un cuerpo de carros y sistematizando los procedimientos defensivos para evitar cualquier ofensiva por parte de las tribus enemigas.

Pero esto pesar de traerle prosperidad y gloria a su pueblo, también trajo consigo grandes consecuencias. Al querer extender sus dominios estableció  las alianzas matrimoniales entre familias reales, lo que llevo a que Salomón tomará esposas de los moabitas, amonitas, edomitas, sidonios y heteos, estableciendo un harén de setecientas, legales, y trescientas concubinas, construyendo además altares para otros dioses extraños. Es cuando vemos como su corazón empieza a quebrantarse por la debilidad (pecado) y así mismo apartarse del Señor.

La ambición de ser el rey más poderoso de Israel y el miedo de haber quebrantado las leyes de Dios, le llevo a proteger todas las entradas a su reino con fuertes guarniciones: tropas, carros, caballería, y muros. 

Además inicio una monumental obra pública con mano de obra esclava en Israel, tal cual como los faraones lo hicieron en el pasado al levantar las pirámides con sangre del pueblo judío.

Se enfoca entonces en terminar la obra magna (Templo de Jerusalén) la misión divina más importante de su reinado. Un proyecto que inicio en el periodo de su padre el Rey David, quien se encargo de los planos divinos y su estructura. Pero sería el Rey Salomón quien culminaría la obra construyéndolo.
Para ello contrató arquitectos, albañiles, carpinteros, expertos en metales, así como los más lujosos materiales imaginables, para dar con un templo digno de la admiración de Dios, para albergar "por los siglos de los siglos" el Arca de la Alianza, que guarda en su corazón los rollos de la Ley de Moisés.

Pero todas estas construcciones de palacios deslumbrantes y el mejor templo de adoración, le llevarían a tocar fondo, pues su corazón se dejaría llevar de la ambición y el poder.
Tanto así que Salomón fue llamado "el más rico de los reyes", pero su corazón cada vez sería más pobre, perdiendo el rigor religioso y moral, quebrando el primer mandamiento de la Ley de Dios al permitir en su reino el culto y la adoración de ídolos. Tradiciones paganas que fueron contaminando su reino, hasta tal punto que él mismo caería en la idolatría.

Sin embargo, el Señor no le abandonó. Mediante mensajes de reprensión y castigos severos, procuró despertar al rey y hacerle comprender cuán pecaminosa era su conducta. Le privó de su cuidado protector, y permitió que los adversarios le atacaran y debilitasen el reino.

Luego de haber pasado por todos estos incidentes el Señor le envía un mensaje a Salomón a través de un profeta, en donde le recrimina por no haber cumplido con su pacto y sus estatutos, por lo cual su reino será quien pagará dichas consecuencias, pues se fragmentará y será entregado a su siervo. Pero ello no sería en los días de su reinado, por el respeto y amor que le guardaba el Señor a David, esto ocurriría en el reinado de su hijo (Roboam).

Salomón acepta el mensaje con gratitud, reconoce el poder y los designios del Señor y con arrepentimiento comenzó a desandar su camino para volver al exaltado nivel de pureza y santidad del cual había caído.

El rey Salomón reconoce entonces que el corazón de los hijos de los hombres está lleno de mal. Su arrepentimiento fue sincero; pero el daño que había hecho su ejemplo al obrar mal, no podía ser deshecho. Pues a pesar de que algunos hombres de su pueblo aceptaron su arrepentimiento, le perdonaron y le siguieron. Muchos fueron extraviados, la introducción de la idolatría y las prácticas mundanales, no se pudieron detener tan fácilmente. Que trascendieron con los demás tronos y reinos de Israel.

Tras haber pasado de reinar 40 años, llegaría el fin del Rey Salomón muriendo a los 60 años en el 928 a.C. en Jerusalén. Y durmió con sus padres, y fue sepultado en la ciudad de su padre David; y reinó en su lugar Roboam su hijo.

Siglos más tarde el rey legendario fue subido a un pedestal que sólo podía compararse con personajes de la talla de Alejandro Magno.