La verdadera historia detrás de la llegada del Mesías

Por lo que era necesario la expiación de sus pecados y el arrepentimiento como único medio de llegar a la redención. En este punto era necesario la sangre para expiar los pecados y el agua para bendecir o purificar el espíritu.

A raíz del pecado original ocasionado por la desobediencia de Adán y Eva. Todos sus descendientes transfirieron aquella mancha. Algunos continuaron desviados del camino viviendo en pecado y otros siguieron la palabra de Dios, pues Adán y Eva en su arrepentimiento hablaron en varias ocasiones de aquel Dios bondadoso, grande y misericordioso.

Pero en aquella época abundo más el pecado en la tierra y era mucha la maldad de los hombres en la tierra, que Dios en un momento decide borrar todo sobre la faz de la tierra. Pero su corazón es tan grande y su omnisencia tan acertada, que ve la salvación en la fe de un hombre (Noé), con quien establece el primer pacto o alianza. en donde el Señor les vuelve a mostrar su gran amor y misericordia al darles una oportunidad mas para vivir. 

Sucede el Diluvio universal y Noé junto a sus familiares se resguardan en el arca para ser salvados. El agua en este caso limpia la faz de la tierra del pecado. Pero la mancha sigue allí en la sangre de los hombres. Con Noé empieza una segunda oportunidad y una nueva generación.

Pero estos nuevos hombres se desvían de nuevo del pecado, algunos se apartan de la palabra de Dios y empiezan a buscar falsos dioses (idolatría).

Dios entonces decide que todavía existe salvación pero la ve en unos pocos. Por lo que decide bendecir un pueblo especial y a través de él bendecir a todas las naciones. La persona indicada en este nuevo pacto o alianza sería Abraham. Un hombre obediente con un fe implacable. Al que le concede una tierra prometida (Canaán), un pueblo elegido (Israel) y una simiente que bendecirá todas las naciones (Mesías).

Entra en este escenario la obra final de Dios. Un redentor que será el cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Para esta alianza o pacto, Abraham debe superar ciertas pruebas. Entre ellas poner a prueba su fe a la de su pueblo. Que al ser el elegido por Dios, deberían tener una marca (circuncisión) que simbolizara la pureza ante Dios y un recordatorio simbólico de las promesas que el Señor le hizo a Abraham relacionadas con su posteridad. Y continuar con los sacrificios como medio de expiación necesario para el perdón de sus pecados parcialmente.

Es por ello que Dios requería del sacrificio de animales, para proveer el perdón de pecados de manera temporal y para prefigurar el sacrificio perfecto y completo en Jesucristo. La razón de esto es que el alma animal (pecado) volviese al alma espiritual momentáneamente, buscando ese equilibro. Por ello los animales preferidos para estos sacrificios era el cordero joven que simbolizaba el martirio, la pureza y la inocencia. Aquí el pecador transfería sus pecados aquel inocente animal, siendo así el substituto de aquella persona. 

Para este ritual era necesario que el pecador tuviese la creencia que llevando el animal para el sacrificio, tendría expiación y perdón por sus pecados. Todo esto era un simbolismo en donde se quería proyectar que para el perdón de los pecados la sangre derramada era necesaria. ya que la aspersión de sangre simbólicamente proporciona limpieza y purificación. Y esa sangre simbólicamente en Jesucristo representa para nosotros el nuevo pacto.

Aquel acto en el pecador tenia como finalidad hacer una ofrenda al Señor con un olor grato. Aunque algunas veces se quemaba solo parte del animal que era cuando se quería buscar una ofrenda de paz, como único medio para restaurar la comunión con Dios.

Todos estos rituales, doctrinas y enseñanzas de Dios más adelante formarían la ley de Moisés. Que es cuando el pacto de dios se renueva con los mandamientos de Dios, el arca de la alianza y el tabernáculo como sitio sagrado para acercarnos a Dios. Pues la finalidad de esta nueva alianza era conservar vivo el recuerdo de Dios en los israelitas y sus deberes con él. Además de dejar de ser una nación para convertirse en el pueblo de Dios.

Para comunicarse con su pueblo era necesario construir un tabernáculo (iglesia) que habría de ser un santuario donde el Señor pudiese morar entre Su pueblo. Dentro de él estaba el arca de la alianza donde se mantenía a salvo las tablas de los mandamientos, el maná (el pan enviado por Dios a los israelitas) y la vara de Aarón. Que fue la que confirmo al hermano de Moisés como sacerdote, pues fue la única vara seca de almendro que floreció dentro de las demás varas de los demás representantes de las 12 tribus.

Sobre el tabernáculo una columna de nube descendía y era donde se manifestaba Dios a Moisés. En el día esta columna de nube los guiaba por el camino y de noche se transformaba en una columna de fuego para alumbrarlos, similar a la zarza donde hablo Dios a Moisés por primera vez. 

Esta arca de la alianza fue las que les permitió llegar a su destino final (monte Moriah) y vencer los obstáculos que se le presentaron en el camino. Pues el objetivo de aquellos sacrificios cultuales y expiatorios, fueron ni más ni menos que para fomentar en su Pueblo aquel espíritu de alabanza y de reparación por el pecado.

Convirtiéndose aquellos símbolos y sacrificios de la Antigua Alianza en una figura anticipadora del único sacrificio de Cristo, ofrecido en la Cruz.

Como podemos ver Jesús cumple a cabalidad ese requisito ya que hereda legalmente el título al linaje de los reyes de David, al ser el hijo oficial y adoptivo de José, pero no adquiere la maldición del Rey Jeconias, ya que Jesús no fue su hijo de nacimiento o de sangre.
Por el lado de María si estaría vinculado con el linaje de sangre del Rey David, más no del linaje maldecido de Salomón (Jeconias), pues María descendía de Natán el hermano menor de Salomón, como es mencionado en el libro de Lucas.

- Jesús debía ser 100 por ciento humano y 100 por ciento divino al ser el hijo de Dios. Es lo que se conoce como la unión hipostática. Pues Jesús gozo en plena juventud la bendición de ser un humano como cualquier otro y después de su ungimiento fue consagrado de gracia con el espíritu santo.

- Para que Yeshúa fuese un humano su germen divino debía posar en un vientre que sería bendito entre todas las Mujeres. Para su plan perfecto, Dios selecciona a la virgen María, quien fue redimida al ser concebida por su padres, Joaquín y Ana. Esto con el fin de que ella no fuese contaminada por la mancha del pecado original. Por esta razón María siempre fue humilde, bondadosa y un ser espiritual lleno de fe. Es así como María recibe por adelantado los méritos salvíficos de Cristo. La maternidad divina para que la simiente encarnara como el Mesías perfecto y prometido para la redención divina.

- Se debía cumplir lo dicho por los profetas, que Jesús sería llamado nazareno. Pues el habito en Nazaret, se sometió a voto especial de consagración, para ser considerado especialmente devoto de Dios, dejando su cabello sin cortarse, sin tomar vino, sin comer productos de uvas, y evitando cualquier contacto con algo muerto.

- El Mesías debía comenzar su ministerio en Israel, en la zona de Galilea a la edad de los 30 años.

- El último profeta (Juan Bautista) del Pacto Antiguo debía ser el predecesor de Jesús, una persona  que gozo de la protección del espíritu santo y tendría la misión de dar testimonio de la luz verdadera (Mesías), que alumbraría a todo hombre que viniese a este mundo.

- Para finalizar Jesús de Nazaret, fue el primer profeta ungido con el Espíritu Santo, quien estuvo consagrado para servir a Dios. Lo que significa que su ungimiento no procedió de los hombres, sino de su Padre celestial, adquiriendo con su bautismo en el Jordán, el don divino para comenzar su vida pública en sus dos primeros oficios como profeta y sacerdote. Ya que su ultimo oficio como Rey (Ben David) llegaría en su segunda venida con el Apocalipsis. 

Ya que este era el sacerdocio mayor en donde estaban comprendidas las llaves de las bendiciones espirituales de la Iglesia. Que se le quitaron al pueblo de Israel al no cumplir en cabalidad con la palabra de Dios. Dejando como sacerdocio una ley menores llevadas a cabo por el ministerio de Aarón y Moisés. 

Un oficio establecido por mandato de Dios a la tribu de Leví, de donde pertenece Aarón, quien desde entonces se preparo a servir al sacerdocio, ofreciendo sacrificios con sangre de animales puros. Pero luego a falta de su fe con lo sucedido con lo del becerro de oro, perdió ciertas facultades para obrar a favor de los hombres. Su único poder fue el de los sacrificios de animales perfectos sin daño físico, para degollarlos y transferirle la culpabilidad de los pecados del hombre al animal. Con este acto la justicia universal quedaba satisfecha, ayudando a que la persona no pecara de nuevo. En pocas palabras fueron ofrendas personales por el pecado.

Pero muchas veces la inclinación al mal (Yetzer HaRá) derivada del pecado de los primeros hombres era más implacable. Como por ejemplo la rebeldía o los pecados de carne, que eran irreparables, ya que dichos sacrilegios no podían reparar el alma del condenado. Estos debían ser perdonados por decreto celestial, es decir por un redentor. Que vendrá a Sión, al encuentro de todos los de Jacob que se arrepientasen de su maldad. 

Por lo que claramente esa orden sacerdotal no venía dada por herencia de la tribu de Levi sino por decreto, complementando el sacerdocio de Aarón. Aquí el Mesías expiaba los pecados que el ministerio de Aarón no pudo. Es decir este sacerdocio venia a perfeccionar la ley de Moisés. Ya que desde el pecado original la dualidad invadió el corazón de los humanos, teniendo una buena inclinación (alma celestial o Yetzer Ha-Tov) o una mala inclinación (alma animal o  Yetzer Hará).

Diciendo con esto que las inclinaciones del hombre son, por tanto, equilibradas entre el bien (Yetzer HaTov) y el mal (Yetzer HaRá). Ya que Adán junto con Eva rompieron aquella naturaleza pura y recta de la que gozaron, quitando la inocencia del ser, por su pecado.

Necesitando así a un segundo Adam (simiente) que restaurara la imagen de Elohim que perdió el primero, para que venciera aquella inclinación al mal (etzer HaRá) y así mismo se compadeciera de los humanos, para que por medio de su victoria y obediencia llegara a la rectitud, el equilibrio, la perfección y la vida eterna.

- Por último Jesús debía cumplir el oficio de Rey, en donde debía ejercer una función política militar y social en todo el mundo. Siendo así el heredero real de la casa de David, quien tendría un reino y un trono eterno. 

Lo que paso fue que la fe del pueblo de Israel se quebranto. Y cuando llego el Mesías prometido no lo supieron recibir como se esperaba. Lo que provocó que los judíos se desviaran de la palabra de Dios.

Este rechazo hacia Dios y esa falta de arrepentimiento por parte de su pueblo, le dio las suficientes razones a Dios de subsanar la misión encomendada a su hijo. Dando espacio a que otras generaciones que no formaban parte del pacto pudiesen incluirse a él. Serían los gentiles quienes entrarían a formar parte del pueblo escogido, por el hecho de abrir su corazón y escuchar la palabra del señor.

En esas circunstancias los roles del Mesías se convirtieron en dos venidas. Una como el Siervo sufriente del que se habla en las Escrituras Hebreas. Aquel que sufre extrema humillación y es traspasado según las profecías de Zacarías. Aquel Salvador Sufriente enviado para expiar los pecados del pueblo y para remplazar el corazón de piedra que habita en la humanidad por uno de carne. Trayendo consigo paz a los que se arrepientan y reciban la expiación con fe. Siendo el cordero de dios que quita el pecado del mundo para establecer con ello un Reino Divino sobre la tierra.

Que será ejecutado en su segundo rol como el Mashíaj Ben David (Rey reinante). Aquel que los judíos aun siguen esperando, un Mesías que en dicho papel traerá juicio sobre los injustos y establecerá su Reino Mesiánico para siempre.

Esta segunda venida del Mesías es tan conocida en el nuevo testamento que es mencionada al menos 318 veces. Sin dejar atrás el antiguo testamento en donde los profetas hablan esporádicamente sobre este acontecimiento.

Una era mesiánica precedida en el rol de Mashíaj Ben David, en donde se construirá el Tercer Templo, se reunirán a todos los judíos en la tierra de Israel, se traerá una era de paz mundial, se esparcirá un conocimiento universal sobre Dios, uniendo así la raza humana como una sola. Acontecimientos proféticos que aún no se han cumplido pero que con el tiempo llegarán como lo dice la Torá.

Será en aquel momento que el Mesías prometido, con sus dos roles, estará involucrado en la liberación del pueblo judío del exilio diaspórico, dando paso a la tan esperada Era Mesiánica, donde todas las naciones reconocen al Dios de Israel como soberano y reina la paz y la justicia en el mundo.

Las profecías no se hacían esperar en aquellos tiempos de Herodes, una de ellas se menciona en el cuarto libro de la Tora, Números 24:17: Saldrá ESTRELLA de Jacob, Y se levantará cetro de Israel. Aquella estrella sería la que guiaría a los 3 reyes magos, pues al seguirla darían con la ubicación exacta de la simiente.

En su paso llegaron a Jerusalén y se encontraron con Herodes el grande y le preguntaron ¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido?, pues vimos su estrella en Oriente y venimos a adorarle. Esta afirmación por parte de los Reyes Magos crea pánico y una inquietud a Herodes, quien siente que su poder esta amenazado. Por lo que disimuladamente les pide a los reyes magos que le den la ubicación cuando lo encuentren, para así poder felicitarlo.

Mientras eso acontecía, un ángel se le apareció en sueños a José el padre adoptivo y le dijo: Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto; quédate allí hasta que te avise, porque Herodes va a buscar al niño para acabar con él. Fue así que aconteció pues los reyes magos por ordenes divinas cambiaron su ruta de destino y Herodes el Grande se sintió burlado y, completamente enfurecido, ordenando ejecutar a todos los niños menores de dos años nacidos en Belén y en sus alrededores para intentar deshacerse así de Cristo.

Un episodio recordado en la historia como la Matanza de los Inocentes y celebrado el 28 de diciembre, como el día de los Santos Inocentes.

Como es de esperar la simiente logra salvarse gracias a las indicaciones de aquellos ángeles. Y se establecen un tiempo en Egipto mientras se cumple la profecía que tenia que ver con la muerte de Herodes el grande.

Para conocer un poco sobre la infancia de Jesús debemos acceder a escritos de los evangelios de Mateo, Lucas y los apócrifos (Pseudo-Mateo, árabe, armenio). Conocidos coloquialmente como los evangelios de la infancia. Que nos aclaran que Jesús como ser humano estuvo en iguales condiciones que los demás, gozando de avances cognitivos, lingüísticos, sociales, emocionales y motores. Un desarrollo infantil donde interactuó con niños de la misma edad, es decir que el juego y la creatividad estuvo siempre ahí junto a su inocencia.

Pero la condición de deidad y de ser concebido libre de pecado, le llevaron a tener grandes dones que en el momento no sabía como interpretar.

Por ejemplo a la edad de 5 años cuando estaba jugando en el vado de un riachuelo. Aquel niño vio como esta vertiente de agua estaba sucia. Y mediante una sola palabra la limpio y la purificó.

Otra de sus grandes hazañas fue cuando tomo arcilla del barro y modelo 12 gorriones. En donde les da una palmada y les ordena volar como seres vivos.

Uno de los milagros más señalados en los textos, ocurre cuando Jesús compartía con otros niños, y uno de ellos cae desde lo alto de una terraza y muere. Jesús al estar más cerca del muchacho es culpado, pero Jesús en su inocencia y honestidad decide acercarse al cuerpo del muchacho y gritarle a gran voz: Zenón, levántate, y dime: ¿Soy yo quien te hizo caer? Y, habiéndose levantado inmediatamente, el niño repuso: No, Señor, tú no me has hecho caer, sino que me has resucitado. 

Otra de sus grandes hazañas ocurrió cuando tenía ocho años de edad, en donde transformó un grano de trigo en 100 medidas de este cereal, que procedió a distribuir generosamente entre los habitantes de su aldea.

También se supo que Jesús curó a su hermano Jacobo (uno de los supuestos hijos de José y María) después de sufrir una mordedura de víbora. Se dice que Jesús soplo en la mordedura para sanar la herida y que cuando esta curó murió el reptil al instante. Para esa misma época el niño Jesús compartió con un maestro llamado Zaqueo quien, al percatarse del buen sentido y la gran inteligencia del niño, se ofreció a enseñarle en su escuela los rudimentos de la lengua griega.

Fue de esta manera que Jesús empezó a percibir los dones recibidos creciendo no sólo en edad sino también en sabiduría. Y supo que no era el momento de darlos a conocer, pues sabía que su ministerio aún no iniciaba y esto podría dar con su paradero más fácil. Pues el hijo de Herodes el grande aún lo seguía buscando. Primero para finalizar con el tormento que volvió loco a su padre llevándole a la muerte y segundo para evitar que las profecías se cumplieran.

Llegamos así a la edad de doce de Jesús que como era tradición asistían para la fiesta de pascua con sus padres. Pero al regresar a casa, el niño Jesús se queda en Jerusalén, sin que sus padres se dieran cuenta. Jesús entonces fue al templo de Jerusalén un viernes, víspera de pascua, acompañado de una mujer llamada Lia, viuda de un negociante de Jerusalén. Y allí se puso a escuchar con mucho interés lo que comentaban los doctos sobre las leyes recién promulgadas. Se estuvo por un tiempo allí con los doctores del Templo, quienes quedaron asombrados por sus conocimientos teológicos. 

Pasaría tres días para que sus padres (María y José) lo encontraran. En aquel momento María le expresó la preocupación les había causado, a lo que su Jesús respondió, "¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que debía estar en las cosas de mi Padre?. Fue en ese momento que Jesús marca su independencia, entiende ha que ha venido y cual es su misión.

Aquí Jesús se encuentra con su Padre Celestial y  entiende que él debe ocuparse de todo lo que atañe a Dios y a su designio. Es decir que Jesús descubre más claramente sobre su identidad de Hijo de Dios y su misión de servirle y anunciar su Reino.

Fue así como encontramos el nombre de Jesús en varias culturas una de ellas la hindú, donde figura como Isa (o Aisha) en el libro de la religión musulmana (el Corán).
Donde Isa vendría a ser una deformación de Yeshua en hebreo. En este nos indica que cuando Isa alcanzo la edad de 13 años, la época en que un israelita debía tomar una mujer. Y ser elegido como yerno o un buen pretendiente.

Isa decide desparecer secretamente de la casa de sus padres, abandonando Jerusalén para encaminarse en una caravana de mercaderes hacia Sindh (Palestina), con el propósito de perfeccionarse a si mismo en el conocimiento divino y estudiar las leyes de los grandes filósofos, ilustrados, iluminados, espirituales y esenios autodenominados hijos de luz.

Fue así como empezó a comprender las diferentes doctrinas (jainismo, budismo, hinduismo, sijismo) alrededor del mundo. Aquellas ideologías de los brahamanes y los monjes de diferentes castas o sectas.

Sus viajes iniciáticos serian entonces por la India y el Tibet, donde, al parecer, habría pasado varios años formándose en las enseñanzas védicas y budistas antes de retornar a Palestina a predicar la buena nueva. 

Luego sigue su camino hacia Persia, Asiria, Grecia y Egipto. Todas aquellas civilizaciones donde el conocimiento y la cultura florecían en todo su esplendor.

En ese transcurso estudio mejor las escrituras adquiriendo sus conocimientos en los monasterios de Qumrán. Con la ascética comunidad esenia Jesús aprendió a reencontrar la pureza física y espiritual, de ahí que halla buscado aislarse del resto de la sociedad por un buen tiempo.

Luego en su viaje por la India practica la ciencia de la meditación como yogui. Escudriñando a fondo las antiguas escrituras hindúes (vedas). Logrando liberar la energía del chakra (iluminación).
Estas enseñanzas budistas le llevan a entender a los vedas y por medio de su conocimiento llegar a curar con la ayuda de la oración, enseñar a explicar las santas escrituras y a echar fuera los malos espíritus de los cuerpos de los hombres, restaurando su salud.

Luego a la edad de los 25 años en donde complementa su vida espiritual en el Estado Persa en donde aprende del zoroastrismo una fe monoteísta que se fundamenta en el el dualismo basado en la batalla entre el Bien y el Mal. Es así como comprende a fondo sobre la naturaleza moral y espiritual del ser.

Luego en su trayectoria cruza de nuevo por Nazaret y en sus legendarios viajes (mitos) se encuentra con su tío José de Arimatea toman barco y se dirigen a las islas británicas, visitando Stonehage. 
Allí aprendería de todas las tradiciones druidas y celtas. Doctrinas que iban afín a la suya, ya que estas sectas practicaban el monoteísmo en donde creían en un Dios. Y enseñaban a los hombres a ser justos. En ese lugar se mantuvo por un año y a la edad de 26 años acumulo algo de riqueza construyendo barcos, con lo que pudo enviarles con su tío algo para solventar las necesidades de su familia.

Con lo que le quedo de capital continua su recorrido por las demás civilizaciones y culturas para completar su formación. Fue así como sello al Faro de Alejandría la ciudad mas culta, pues allí se encontraba la biblioteca más importante del mundo en donde se guardaban textos muy antiguos. En aquel lugar logro compartir con muchos eruditos, que era como rocas impenetrables.

Es allí donde aprende sobre el conocimiento esotérico. Es decir que conoce de primera mano las artes mágicas y a descifrar el Conocimiento Consciente e Intuitivo. Esto con la finalidad de saberlo manejar y apartar definitivamente de su pensamiento.

Luego emprende su viaje hacia la isla de Creta, la cuna de los minoicos y punta angular de la sabiduría de Grecia. Viaja a la isla de Malta para terminar de recorrer la bota itálica.

Para finalizar en Roma en donde mantiene conversaciones con grandes sabios e intelectuales. Allí en su estadio se hizo famoso y fue conocido como el maestro de Damasco.

Faltaría solo por visitar Atenas la capital del mundo griego. Allí aprendería las enseñanzas de los filósofos griegos (Aristóteles, Platón y Sócrates, Pilón) que le ayudarían a pulir su sabiduría, a la hora de enseñar la Moral, es decir el comportamiento del hombre sobre esta tierra. 

Para finalizar su recorrido por el mundo tomando  desde el norte de la India, la ruta de la seda para regresar nuevamente a la ciudad de Nazaret.

Perfeccionando su conocimiento basado en diferentes tradiciones (judías, babilonia, egipcia, helénicas, romanas. griegas) y doctrinas. De las que adquirió un gran erudición conociendo a fondo sobre: el Sionismo, el Jainismo, el Vedismo, el Hinduismo, Zoroastrismo, Taoísmo, Sintoísmo y el Confucianismo entre otras.

Todo esto le llevo a entender mejor las escrituras del Antiguo Testamento, rollos antiguos que estaban esperando ser descifrados por el elegido (Mesías). Fue así como Jesús finalmente regreso a Nazaret con su doctrina que es un verdadero sincretismo (conciliación de distintas doctrinas) y una verdadera filosofía universal. La cual debía poner a disposición de los hombres para su nueva conversión y posterior redención.

Teniendo un ministerio que duro evidentemente algo mas de 3 años (desde el 29 d.c hasta la pascua del 33 d.c). Pasando por tres fiestas de la pascua y con cuatro pascuas registradas.

Cumplió así con exactitud las profecías pues para aquella época Jesús contaba con 30 años de edad,  para que los judíos lo pudiesen reconocer y aceptar como maestro. Se convirtió en un Profeta mayor que Moisés y fue el sumo sacerdote del nuevo pacto según lo había estipulado la ley judía. 



Para que su Ministerio fuera llevado a cabo en su totalidad, Dios había preparado con antelación el camino que conduciría correctamente la luz que estaría por venir como se había anunciado.

Durante un periodo de tiempo Juan bautista fue educado en la comunidad Qumrán y vivió en ella durante su juventud, hasta que Dios lo llamo al ministerio publico de la predicación, que sería hasta la edad de los 30 años.
Allí en el desierto forja su comunión y el mantenerse alejado de todo le prepara un ambiente favorable para oír la llamada de Dios, para escuchar la llamada a la penitencia. 

Por lo que pasa varios años en una vida austera de penitencia y soledad. Que le llevo a predicar la penitencia para así luego purificar el cuerpo con el bautismo del arrepentimiento.

Así inicia su ministerio predicando a las muchedumbres en el desierto de Judea, diciendo: “Arrepiéntanse, porque el Reino de los cielos está cerca”. Desde ese momento empezó a conocerse como Juan el Bautista. Quien venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. Su mensaje desde entonces fue el arrepentimiento, preparando de ese modo el corazón de las personas para recibir al Mesías.

Para ello eligió el desierto, que no fue un lugar totalmente desértico, sino una zona montañosa, de poco uso para la agricultura. Allí en Judea exactamente comienza la predicación y la conversión, pues en aquel sitio al gozar de silencio absoluto, sus palabras serían escuchadas y así mismo al ser un punto estratégico llegaría gente de todas partes a escuchar su mensaje, confesar sus pecados y cambiar de vida.

Juan quería allí recordar al pueblo la vida de Israel en el desierto, antes de su ingreso a la tierra que les iba a dar Dios en heredad. Tal como hizo Dios con su pueblo elegido cuando les hablo en el desierto en tiempos de Moisés antes de entrar a la tierra prometida.

Fue por este motivo que Juan fue muy cuidadoso al escoger su lugar de predicación. Pues además se percato que se encontraba junto al río Jordán, donde había agua abundante para realizar el rito del “bautismo”. Y además era una frontera natural, que marcaba un acá y un más allá entre la tierra prometida. 
Pues analógicamente Juan colocaba al pueblo en el desierto, para prepararlos antes de entrar a la tierra prometida, pues quien tenía el poder y la misión de cruzar el río con todos sus seguidores era el Mesías prometido.

Para ello Dios había prometido una limpieza del pueblo, como un acontecimiento mesiánico. En donde se exigía una limpieza y un arrepentimiento en toda la nación, para que se cumpliera aquel augurio de la venida del Mesías.

Fue así como Juan empezó a ofrecer un bautismo de agua para la conversión  a Dios y la acogida de su perdón. Llegando a tener muchos adeptos y seguidores (discípulos) durante su ministerio bautismal.
En donde Juan sumergía al nuevo creyente en el agua, como símbolo de muerta a su antigua manera pecaminosa de vivir. Pero al sacarlo del  agua simbolizaba la resurrección para una nueva vida con Cristo. Todo ello representaba un nacimiento natural (refiriéndose al agua como el líquido amniótico que rodea al bebé en el vientre materno) como preparación para aceptar luego un nacimiento espiritual por parte del Mesías.

Por esta razón Juan Bautista mantuvo a los a los Fariseos y Saduceos, alejados del agua, ya que la podían contaminar, pues en sus corazones nunca vio un arrepentimiento sincero o una actitud de cambio.
El agua en este caso representaba una limpieza que daba paso a una renovación espiritual. Entendiendo con esto que Juan bautizo en nombre del señor con agua, pero quien viene y es más poderoso bautizara con el espíritu santo y fuego.

Vendría enseguida una segunda etapa que tendría lugar ya dentro de la tierra prometida. Que no estará protagonizada por el Juan Bautista, sino por una figura misteriosa que Juan designa como “el más fuerte”.

Después escuchó una voz que desde el cielo le decía: “Tú eres mi hijo amado”. Es en este instante que solo se pudo ver en la historia a un Dios-trino reunido en su existencia.

En aquel momento Juan Bautista comprendió aquella visión que había tenido años atrás. Que Jesucristo era en realidad aquel personaje “más fuerte” del que había hablado y que el que iba a venir tras él a “bautizar con el espíritu (salvación) y el fuego (condenación eterna)”.

Fue así como se cumplió la profecía prevista por por el profeta Isaías en donde nos dice que Jesucristo fue ungido con los 7 espíritus del señor: "y reposara sobre cristo el espíritu de jehová, espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová". Estos corresponden a las 7 lámparas del candelero en el lugar santo del tabernáculo de Moisés.

Después de este acontecimiento en el río Jordán, Jesús comienza su propósito y su misión en la vida. Pues ya su padre desde el cielo le había dado su aprobación para que iniciara su ministerio.
Pasado el ritual del bautismo, Cristo como es llamado en ese momento fue llevado al desierto por el espíritu santo, para ser probado durante 40 días y 40 noches. Esto con la finalidad de probar su fortaleza y observar si era digno de ser enviado a la misión encomendada por Dios.

Pasado 40 días en soledad y comunión con su padre, Jesús sintió mucha hambre pues en aquel momento completaba 40 días de ayuno. Su momento de mayor debilidad que aprovecha Satanás para tentarlo.
Se supo que durante este encuentro Cristo fue tentado 3 veces, en tres diferentes áreas de su vida: en su carne (necesidades materiales y apetitos carnales), cuando Satanás le pide que convierta aquellas piedras en pan. Con la intención de hacerlo dudar, pero Cristo apoyado del evangelio responde escrito esta no solo de pan vivirá el hombre.

La segunda tentación iba dirigida a su alma (emociones), aquí Satanás le dice, que si es hijo de Dios, que se lanzara de un precipicio, que Dios enviaría a sus ángeles para protegerlo en su caída. Pero Cristo con su sabiduría le responde, escrito esta también, que no tentaras al señor tu Dios.

Por último Satanás busca quebrantar su espíritu, para ello lo lleva a un monte muy alto y le muestra todos los reinos del mundo con sus guerras y victorias. Luego le promete que le dará todo ello, si se postra hacia él y lo adora. Cristo ofendido le dice vete Satanás, porque escrito esta que solo a tu Dios adorarás y solo a él servirás.

Fue así como Cristo califico moral y espiritualmente para ser el Mesías y redentor de la humanidad. Enfrentando a Satanás y venciéndolo. Mostrando de esta forma que ya estaba listo para comenzar su propio ministerio.

En esta ocasión dos de los discípulos de Juan que estaban cerca, Andrés y Juan, deciden seguir a Jesús. Para ese momento Jesús decide quedarse con Juan Bautista por algún tiempo, practicando esta iniciación bautismal con el agua en la zona de Betania, al otro lado del Jordán. 

Hasta que un día Cristo ve pertinente marchar y seguir su camino, fue durante ese periodo que Juan Bautista es encarcelado por sus enemigos y detractores. Y Jesús se dirige hacia la parte norte de Israel, a la provincia de Galilea.

Cristo seguía su intuición pero en ningún momento estaba tratando huir de Herodes, quien deseaba ponerlo también en prisión. Cristo solo estaba dirigiéndose aquel sitio para animar a los discípulos de Juan, evitando que estos se dispersaran. Y de igual forma buscaba con esto evitar una confrontación directa con los fariseos, al menos por un tiempo.

En aquella travesía se suman otros dos discípulos que vendrían a ser Felipe y Natanael a quienes invitó a seguirle. Así continua su camino y su recorrido en donde comienza a reclutar por decirlo así a sus primeros seguidores. Personas humildes y la mayoría pescadores, a quienes Cristo veía como pescadores de hombres o de almas que podían rescatar.

Así fue como conoce a su mayor discípulo por medio de Andrés su hermano. Hablamos de Simón quién fue el único de sus discípulos que declaro que Jesús era el Mesías, el hijo del Dios viviente. Por lo que Cristo lo bendice cambiándole su nombre y refiriéndose a él como Pedro, es decir la base o roca sobre la cual se edificará su iglesia.

Es de esta forma que Cristo logra reunir a 12 de sus hombres más fieles, 12 que simbólicamente representaban las 12 tribus de Israel renovada y definitiva. Quienes estarían con él y serían los encargados más adelante de compartir su legado en nombre del padre, el hijo y el espíritu santo.

Entre aquellos 12 discípulos encontramos a : Simón (Pedro), Andrés, Jacobo (Santiago), 
Juan, Felipe, Bartolomé (Natanael), Tomás, Mateo, Jacobo, Tadeo (Judas Tadeo), Simón el Zelote y
Judas Iscariote. Serían ellos la piedra angular de la iglesia primitiva y quienes estarían a cargo de predicar la palabra del señor en todos los rincones del mundo. Y fue así como iniciaron su vocación, pues ya Jesús los enviaba de dos en dos a predicar la palabra de Dios en cualquier sitio donde fuesen recibidos.

Así aconteció el ministerio temprano de Cristo que duro alrededor de un año, y fue por todas partes de palestina donde pudiese encontrar potenciales creyentes. Recorriendo pueblos situados en torno al lago: Cafarnaún, Magdala, Corozaín o Betsaida; visitando las aldeas de la Baja Galilea: Nazaret, Caná, Naín; llegó hasta las regiones vecinas de Galilea: Tiro y Sidón, Cesarea de Filipo y la Decápolis. Evitando a toda costa las grandes ciudades de Galilea en donde se encontraban sus opositores y detractores.

Cristo continua predicando su palabra solo como él lo podía hacer, con su sabiduría, su lenguaje profético y sus parábolas para llegar al corazón de todo hombre.

Inicia a obrar milagros con la única intención de despertar a la gente a la realidad de que el Mesías había realmente llegado. Manifestando con ello el dominio que Él tiene sobre todos los seres de la creación: sobre los espíritus, los hombres y los seres irracionales. Pues como hijo de Dios, Cristo tiene el poder para perdonar los pecados y obrar milagros en nombre de Elohim. Ya que estos eran el sello de su doctrina y de sus preceptos.

Fue en este momento donde a Juan Bautista permaneciendo encerrado injustamente en la cárcel, le asalta la duda de sí Jesús a quien había bautizado meses atrás era realmente el Mesías. Y procede a llamar a dos de sus discípulos para que fueran donde Jesús a preguntarle ¿Eres tú el que ha de venir, o esperamos a otro?”.

Jesús esta vez no le responde con palabras sino con actos de fe (milagros). Le dice a estos discipulos que le cuentes a Juan Bautista lo que ellos han visto y oído de él. Así es como Juan entiende que el Mesías esta haciendo lo que vino hacer. Continuar con su plan redentor, marcado con un sello (milagros) y una predicación (evangelio) de la palabra de Dios.

Sabe entonces que Jesús no estaba luchando contra el pecado, pero sí contra el sufrimiento. Su obra en esta venida estaba orientada más a lo humano a ser feliz a los que sufren. Cristo esta actuando 
con poder y misericordia. Y su forma de expresarlo es a través de sus milagros y formas de actuar (Cristo es verbo no sustantivo).

Juan Bautista entiende entonces que su tiempo esta por acabar en el mundo terrenal y para que la obra de Dios sea perfecta y se cumpla. Esta debe partir para dejar que el Mesías cumpla su misión en la tierra.

Por ello Cristo continua su ministerio, dando paso a su primer milagro en Caná de Galilea, donde cambio el agua en vino. Seguido de muchos mas como por ejemplo: la curación del hijo de un oficial del rey quien estaba a punto de morir de una fiebre muy alta. Las dos pescas milagrosas, cuando libra a un endemoniado en la sinagoga de Capernaúm, la curación de un leproso, de varios paralíticos, el hombre de la mano seca, la curación de dos ciegos, la multiplicación de los panes, cuando camina sobre las aguas, la curación de un sordomudo, la cura de un ciego de nacimiento, la mujer encorvada, la mujer hidrópica, los 10 leprosos y la resurrección de Lázaro. 

Después de aquel acto Cristo no hizo ninguna otra señal sino que se concentro en prepara a sus discípulos para los acontecimientos que pronto tendrían lugar. Aquel lugar sería en Jerusalén pues aquella entrada triunfal (Domingo de Ramos) cumplía la profecía de Zacarías “Alégrate mucho, oh hija de Sión; da voces de júbilo, oh hija de Jerusalén; he aquí, tu rey viene a ti, justo y trayendo salvación, humilde y montado sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna.”

Con esto se daba cumplimiento sobre la simiente, la luz y el ungido esperado por tanto tiempo para salvarnos de nuestros pecados. Fue por ello que multitudes de creyentes lo estaban esperando con ramas de olivos y palmeras para recibirlo. Gritando:—¡Hosanna!—¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!—¡Bendito el Rey de Israel!. Concluyendo con estas palabras que Jesús sin duda alguna era el Mesías.

Quien vino para establecer un reino totalmente diferente: Un reino de amor, de perdón, de compasión, de hermandad y de humildad. Un hecho que para algunas personas de poca fe, opositores y detractores no fue bien visto. Ya que esperaban a un Mesías vengador que venía acabar con el yugo romano y establecer su periodo mesiánico en el reino de Dios. No logrando comprender que su pueblo aun no estaba preparado para la gloria pues debía pasar primero por una transición de arrepentimiento y cambio. Preparando su espíritu para una segunda venida de Cristo, pero esta vez como el Mesías ben David, que cumplirá con las demás profecías para establecer así el nuevo Reino de Dios, sellando así su promesa con los primeros hombres.